La
mayoría de los investigadores han concluido que la combinación de un consumo
excesivo de nutrientes y el estilo de vida sedentaria son la principal causa de
la rápida aceleración de la obesidad en la sociedad occidental en el último
cuarto del siglo XX.27 A
pesar de la amplia disponibilidad información nutricional en escuelas,
consultorios, Internet y tiendas de comestibles,28 es evidente que el exceso en
el consumo continúa siendo un problema sustancial. Por ejemplo, la confianza en
la comida rápida densa en energía, se ha triplicado entre 1977 y 1995, y el
consumo de calorías se ha cuadruplicado en el mismo periodo.29
Sin
embargo, el consumo de alimento por sí mismo es insuficiente para explicar el
incremento fenomenal en los niveles de obesidad en el mundo industrializado
durante los años recientes. Un incremento en el estilo de vida sedentaria
también tiene un rol significativo en los niveles actuales elevados de esta
enfermedad.30Cuestiones
sobre el .e stilo de vida, menos bien establecido, que pueden influir sobre la
obesidad incluyen el estrés mental y el sueño insuficiente.
Las
causas de la obesidad son múltiples, e incluyen factores tales como la herencia
genética; el comportamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico; y el
tipo o estilo de vida que se lleve. Para Mazza (2001) entre los factores que
pueden causar obesidad puede ser atribuido un 30% a los factores genéticos, 40%
a los factores no heredables y 30% a los factores meramente sociales, es decir,
la relación entre factores genéticos y ambientales son del 30% y 70% respectivamente.
Los mecanismos para que estos factores causen exceso de grasa corporal son:
Mayor ingesta de calorías de las que el
cuerpo necesita.
Menor actividad física de la que el cuerpo
precisa.
Si
se ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma
de grasa. Si se consume más energía de la disponible se utiliza la grasa como
energía. Por lo que la obesidad se produce por exceso de energía, como
resultado de las alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía.
Como consecuencia se pueden producir diversas complicaciones, como son la
hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades coronarias. La
herencia tiene un papel importante, tanto que de padres obesos el riesgo de
sufrir obesidad para un niño es 10 veces superior a lo normal. En parte es
debido a tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero en parte se debe
a que los hábitos culturales alimentarios y sedentarios contribuyen a repetir
los patrones de obesidad de padres a hijos. Otra
parte de los obesos lo son por enfermedades hormonales o endocrinas, y pueden
ser solucionados mediante un correcto diagnóstico y tratamiento especializado.
La
OMS señala que "El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal
de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones
de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el
44% de la carga de diabetes, el 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y
entre el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al
sobrepeso y la obesidad."
Un
gran número de condiciones médicas han sido asociadas con la obesidad. Las
consecuencias sobre la salud están categorizadas como el resultado de un
incremento de la masa grasa (artrosis, apnea del sueño, estigma social) o un
incremento en el número de células grasas (diabetes, cáncer, enfermedades
cardiovasculares, hígado graso no alcohólico).16 La mortalidad está
incrementada en la obesidad, con un IMC mayor de 32 están asociado con un doble
riesgo de muerte.17 Existen alteraciones en la respuesta del organismo la
insulina (resistencia a la insulina), un estado pro inflamatorio y una
tendencia incrementada a la trombosis (estado pro trombótico).
La
asociación de otras enfermedades puede ser dependiente o independiente de la
distribución del tejido adiposo. La obesidad central (u obesidad caracterizada
por un radio cintura cadera alto), es un factor de riesgo importante para el
síndrome metabólico, el cúmulo de un número de enfermedades y factores de
riesgo que predisponen fuertemente para la enfermedad cardiovascular. Éstos son
diabetes mellitus tipo dos, hipertensión arterial, niveles altos de colesterol
y de triglicéridos en la sangre (hiperlipidemia combinada).
Además
del síndrome metabólico, la obesidad es también correlacionada con una variedad
de otras complicaciones. Para algunas de estas dolencias, nos ha sido
establecido claramente hasta qué punto son causadas directamente por la
obesidad como tal o si tienen otra causa (tal como sedentarismo) que también
causa obesidad.
Cardiovascular: Insuficiencia cardíaca
congestiva, corazón aumentado de tamaño y las arritmias y mareos asociados, cor
pulmonar, várices y embolismo pulmonar.
Endocrino: síndrome de ovario poliquístico,
desórdenes menstruales e infertilidad.19
Gastrointestinal: enfermedad de reflujo
gastro-esofágico, hígado graso, colelitiasis, hernia y cáncer colorectal.
Músculo esquelético: hiperuricemia (que
predispone a la gota), pérdida de la movilidad, osteoartritis, dolor de
espalda.
Neurológico: accidente cerebrovascular,
meralgia parestésica, dolores de cabeza, síndrome del túnel del carpo;
deterioro cognitivo,22 23 demencia24 y depresión;25 hipertensión intracraneal
idiopática.
Respiratorio: disnea, apnea obstructiva del
sueño o síndrome de Pickwick, y asma.
Psicológico: depresión, baja autoestima,
desorden de cuerpo dismórfico, estigmatización social.
Mientras
que ser severamente obeso tiene muchas complicaciones de salud, aquellos
quienes tienen sobrepeso enfrentan un pequeño incremento en la mortalidad o
morbilidad. Por otra parte algunos estudios han encontrado que la osteoporosis
ocurre menos en personas ligeramente obesas sugiriendo que la acumulación de
grasa sobre todo visceral , que se mide con la circunferencia abdominal, es un
factor protector para la mineralización ósea.
Es
la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas; ésta
localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones
metabólicas.
Se
da principalmente en los hombres con acumulaciones de grasa abdominal, aunque
el resto del cuerpo se presente delgado, por lo que se le conoce obesidad
“manzana”. Además es llamada besidad intra-abdominal y se encuentra estrechamente
ligada con problemas cardiovasculares.
Está
asociada con la diabetes tipo 2 y las dislipemias.
La
obesidad periférica o ginoide
Este
tipo de obesidad acumula la grasa de la cintura para abajo y produce problemas
de sobrecarga en las articulaciones. Se presenta más comúnmente en las mujeres
con una silueta corporal en forma de “pera”. Conocida también como obesidad
glúteo-femoral e implica el exceso de grasa en el área de los glúteos y muslos. Según su origen puede ser exógena o endógena:
Obesidad Exógena: Es la que se da por un
exceso de ingestión de alimentos e incrementada por el sedentarismo.
Obesidad Endógena: La obesidad endógena es
la producida por un desequilibrio en el metabolismo de la persona.
La
obesidad es la enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible que se
caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido
adiposo en el cuerpo; es decir cuando la reserva natural de energía de los
humanos y otros mamíferos, almacenada en forma de grasa corporal se incrementa
hasta un punto donde está asociada con numerosas complicaciones como ciertas
condiciones de salud o enfermedades y un incremento de la mortalidad. El
sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción
en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas
como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.
La
OMS (Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando el IMC o
índice de masa corporal (cálculo entre la estatura y el peso del individuo) es
igual o superior a 30 kg/m².2 También se considera signo de obesidad un
perímetro abdominal aumentado en hombres mayor o igual a 102 cm y en mujeres
mayor o igual a 88 cm.(Ver: diagnostico de la obesidad).La obesidad forma parte
del síndrome metabólico siendo un factor de riesgo conocido, es decir
predispone, para varias enfermedades, particularmente enfermedades
cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus,
osteoartritis, así como a algunas formas de cáncer, padecimientos
dermatológicos y gastrointestinales.
Aunque
la obesidad es una condición clínica individual se ha convertido en un serio
problema de salud pública que va en aumento y la OMS considera que "La
obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial...Aunque
anteriormente se consideraba un problema confinado a los países de altos
ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de
ingresos bajos y medianos".
IMC
El
índice de masa corporal es un método simple y ampliamente usado para estimar la
proporción de grasa corporal.6 El IMC fue desarrollado por el estadístico y
antropometrista belga Adolphe Quetelet.7 Este es calculado dividiendo el peso
del sujeto (en kilogramos) por el cuadrado de su altura (en metros), por lo
tanto es expresado en kg / m². La OMS (Organización Mundial de la Salud)
establece una definición comúnmente en uso con los siguientes valores,
acordados en 1997, publicados en 2000 y ajustados en el 2010
IMC menos de 18,5 es por debajo del peso
normal.
IMC de 18,5-24,9 es peso normal
IMC de 25,0-29,9 es sobrepeso.
IMC de 30,0-34,9 es obesidad clase I.
IMC de 35,0-39,9 es obesidad clase II.
IMC de 40,0 o mayor es obesidad clase III,
severa (o mórbida).
IMC de 35,0 o mayor en la presencia de al
menos una u otra morbilidad significativa es también clasificada por algunas
personas como obesidad mórbida.
En
un marco clínico, los médicos toman en cuenta la raza, la etnia, la masa magra
(muscularidad), edad, sexo y otros factores los cuales pueden infectar la
interpretación del índice de masa corporal. El IMC sobreestima la grasa
corporal en personas muy musculosas y la grasa corporal puede ser subestimada
en personas que han perdido masa corporal (muchos ancianos).3 La obesidad leve
como es definida según el IMC, no es un factor de riesgo cardiovascular y por
lo tanto el IMC no puede ser usado como un único predictor clínico y epidemiológico
de la salud cardiovascular.
Circunferencia
de cintura
El
IMC no tiene en cuenta las diferencias entre el tejido adiposo y el tejido
magro; tampoco distingue entre las diferentes formas de adiposidad, algunas de
las cuales pueden estar asociadas de forma más estrecha con el riesgo
cardiovascular. El mejor conocimiento de la biología del tejido adiposo ha
mostrado que la obesidad central (obesidad tipo masculina o tipo manzana) tiene
una vinculación con la enfermedad cardiovascular, que sólo con el IMC. La
circunferencia de cintura absoluta (>102 cm en hombres y >88 cm en
mujeres) o el índice cintura-cadera (>0,9 para hombres y >0,85 para
mujeres)12 son usados como medidas de obesidad central. En
una cohorte de casi 15.000 sujetos del estudio National Health and Nutrition
Examination Survey (NHANES) III, la circunferencias cintura explicó
significativamente mejor que el IMC los factores de riesgo para la salud
relacionados con la obesidad cuando el síndrome metabólico fue tomado como
medida.
Grasa
corporal
Una
vía alternativa para determinar la obesidad es medir el porcentaje de grasa
corporal. Médicos y científicos generalmente están de acuerdo en que un hombre
con más del 25% de grasa corporal y una mujer con más de 30% de grasa corporal
son obesos. Sin embargo, es difícil medir la grasa corporal de forma precisa.
El método más aceptado ha sido el de pesar a las personas bajo el agua, pero la
pesada bajo el agua es un procedimiento limitado a laboratorios con equipo
especial.
Los
métodos más simples para medir la grasa corporal son el método de los pliegues
cutáneos, en el cual un pellizco de piel es medido exactamente para determinar
el grosor de la capa de grasa subcutánea; o el análisis de impedancia
bioeléctrica, usualmente llevado a cabo por especialistas clínicos. Su uso
rutinario es desaconsejado. Otras medidas de grasa corporal incluyen la
tomografía computarizada, la resonancia magnética y la absorciometría de rayos
x de energía dual.
Factores
de riesgo y morbilidades asociadas
La
presencia de factores de riesgo y enfermedad asociados con la obesidad también
son usados para establecer un diagnóstico clínico. La coronariopatía, la
diabetes tipo 2 y la apnea del sueño son factores de riesgo que constituyen un
peligro para la vida que podría indicar un tratamiento clínico para la
obesidad.3 Hábito tabáquico, hipertensión, edad e historia familiar son otros
factores de riesgo que podrían indicar tratamiento.